estudio del ojo seco

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El ojo seco o sequedad de la superficie ocular es un problema ocular que puede ser favorecido o provocado por diversos factores. Ya que su origen es multifactorial es importante identificar cuáles son los factores que influyen con el objetivo de poder realizar un tratamiento individualizado. Los síntomas más habituales son: ardor o escozor, picazón, lagrimeo excesivo, molestias con el uso de lentes de contacto …

Para diagnosticar el ojo seco ofrecemos un análisis exhaustivo de la película lagrimal mediante diversas pruebas centradas en los modos de medición de detección de parpadeo y tiempo de ruptura de la lágrima. Entre dichas pruebas realizamos:

  • Test de Schirmer, mediante el cual medimos la cantidad de lágrima producida por los ojos. Esta medida se realiza mediante una tira de papel de filtro que se coloca en el párpado inferior y medir la cantidad de lágrimas absorbidas en un período de tiempo.

  • Medida del tiempo de ruptura de la película lagrimal (TBT): con esta prueba registramos el estado de la película lagrimal de los pacientes mientras mantienen el parpadeo y calculamos el tiempo medio de ruptura de la película lagrimal. Con ella se obtiene un vídeo con una superposición de colores para mostrar la calidad de la superficie de la córnea.

  • Evaluación de los párpados y las glándulas de Meibomio. Estas son glándulas sebáceas situadas en los bordes superior e inferior del párpado que secretan lípidos y proteínas que protegen la córnea de factores externos. La obstrucción de estas glándulas se caracteriza por el exceso de secreción que tapa los orificios de la glándula, comprometiendo la salud de los bordes de los párpados y la calidad de la película lagrimal. Para la evaluación de los párpados y de dichas glándulas contamos con un software compuesto de 4 LEDs infrarrojos mediante los que analizamos dichas estructuras para así poder detectar posibles anomalías en su estructura y funcionamiento.

El tratamiento del ojo seco se centra en el uso de lágrimas artificiales y otros geles o pomadas que mantengan adecuadamente lubricada, de día y de noche, la superficie ocular. Lo deseable es que los suplementos lagrimales que se empleen no contengan conservantes.